viernes, 23 de abril de 2010

Mi historia


He venido al mundo en unas circunstancias que yo no hubiera deseado, pero este tipo de cosas, no están en tu elección sino en la de terceros de los que dependes o dependemos al ser menores de edad.

Mi madre de nacimiento tuvo mala suerte. Me atrevo a decir, a base de haber hablado con mujeres como ella y que han pasado por circunstancias muy similares, que en su vida pasó algo en 1980 que la cambió. Algo inesperado.

Ocurrió un acontecimiento, conoció a una persona, le gustó, posiblemente hasta se enamoraría de él y en su juventud pienso que no sopesó las consecuencias que podría tener entregarse a él. A partir de aquí se fueron desencadenando una serie de acontecimientos que iban sucediéndose entre sí y tuvieron como culminación mi adopción. Un embarazo no programado, desengaño por parte del que la puso en esa situación y el gran detonante, la gota que colma el vaso, unos padres que se negaron a prestarle apoyo.

Dos decepciones por lo que sé, mucha soledad y yo ahí dentro avisándole de que su vida ya nunca sería la misma... Y todo esto con 19 años ¡Vaya papelón!

El caso es que tal vez por no haber recibido apoyo paterno y una orientación adecuada, acabó metiéndose en lo que yo aprecio hoy en día como la boca del lobo.

Buscando ayuda ante este panorama acabó encontrándola en forma de adopción. Como decía una madre en su situación y del mismo año, 1981: "Nos pintaban la juventud, los estudios, la vergüenza de los padres y la familia ante una madre soltera, dónde vas a ir, qué vas a ofrecerle, hay gente que quiere tener un hijo y no puede y podrían adoptarlo, se iría con una buena familia, mejor piensa que ha nacido muerto para que así no sufras..." Lobos con piel de corderos. Ella no podría pensar que yo iba a servir para que otros se llenasen los bolsillos; querría pensar que no se sintió presionada pero me temo que no fue así por lo que he ido averiguando.

Fue a topar con una trama de tráfico de menores que en chicas como ella, veían a la más suculenta de sus presas. He pensado mucho en ello, he utilizado la empatía para ponerme en su lugar, en esa época y en esa sociedad, seguramente de haber sido yo la que estuviera en su situación, me habría pasado lo mismo. Me habrían llevado por dónde hubieran preferido...

Pasó el tiempo, fui creciendo ahí dentro de su barriga y llegó un día triste. El día del parto. En soledad de nuevo, me trajo al mundo. Ahí estaba el médico, pensando en mí como en la mercancía y en ella como en una apestada. Me sacó de un sitio que para mí era confortable de forma abrupta, usando forceps. Me examinó y ordenó a las enfermeras que me llevaran al nido mientras esperaba a la familia que estaba elegida desde hacía tiempo para mí. Era un sanatorio que parecía un chalet, pequeñito y vacío.

Sin pretenderlo expresamente unos y otros (mis padres y ella) entré a engrosar la lista de los "niños de la clínica San Ramón", de "la fábrica de bebés", de "la clínica de los horrores" sin comerlo ni beberlo.

He sido feliz toda mi vida, mis padres son maravillosos. Esta historia estuvo aletargada en mi mente durante muchos años, pero presente desde que era muy pequeña: El deseo de conocer a mi madre de nacimiento. Ante la imposibilidad de poder llevar a cabo tal empeño, debido a esa frustración, mi madre biológica se sumió también en un letargo en mi mente igual que lo hacía la Bella Durmiente; esperando pasar el tiempo para ser despertada...

Toc, toc... ¿Estás ahí? ¿Sigues viva? ¿Querrías hablar conmigo un ratito? La respuesta la tengo, la siento dentro, parece como si la hubiera portado siempre en mi alma y es por eso que la sé: "Sí"

¿Te pilla bien ahora? Hazme una señal, dime por dónde ir para localizarte. No tengas miedo que no tengo ningún reproche, no quiero estropearte la vida sino darnos la oportunidad de reconciliarnos a las dos. Por favor, aparece...

2 comentarios:

  1. Cuántos sentimientos tenemos en común, gracias por compartir tu historia

    ResponderEliminar
  2. Yo soy adoptiva ,pero cuando niña conté con muy mala suerte mi madre adoptiva murió w
    Qdando huérfana de 11años qde con una tía q me enseñó a ser mujer con buenos principios pero recibí muchas humillaciones de parte de toda la familia .me gritaban a toda hora recogida ,a tal punto de darse cuenta los vecinos de mi situación ,e sufrido mucho con este problema pues por q me vine a dar cuenta cuando ya tenía uso se razón u eso me ha afectado mucho psicológicamente a pesar de q tengo una hermosa hija q es mi bendición no he podido superar esto ,mi supuesta madre sabía q yo existía y nunca quizo aceptarme y ahora q ya esta vieja y mal en todos los aspectos quiere saber de mi.pero yo le guardó mucho odio y resentimiento sólo le pido a Dios q me ayude a perdonarla ,es tanto el daño q he tenido psicológicamente q no he podido comentarle a mi hija la verdad de mi vida y vivo muy resentida y triste por esto quisiera algún día superarlo pero la verdad por mis propios medios no he podido se q Dios algún día no muy lejos me ayudara

    ResponderEliminar