jueves, 24 de febrero de 2011

Abandono desde un hijo y desde una madre


Estoy contenta de poder conocer ambos matices, de poder conocer ambas versiones, una la del hijo adoptado y otra la de la mamá que lo dio en adopción.

Las madres que han renunciado a sus hijos opinan que no los han abandonado porque se ciñen al concepto básico de un abandono, dejar al niño a su suerte en cualquier parte, como tirarlo en la calle o en un cubo de basura, o en la puerta de una iglesia... No querían hacer eso, tampoco dejarlo en la inclusa, se oían cosas horribles sobre ese sitio. Tenían la intención de que tuviera padres que lo pudieran cuidar mejor de lo que pensaban que podrían hacerlo ellas (o simplemente seguían lo que sus padres les habían ordenado)
Ellas, no lo abandonaron, optaron por darlo en adopción y no ligan ambos conceptos. Una cosa es darlo en adopción y otra abandonarlo. Me da pena porque las entiendo perfectamente, tiene todo el sentido del mundo. Además no se creen merecedoras de su amor, ni quieren justificarse ante él, por eso no le buscan activamente, porque no querrá conocerlas, porque seguramente será feliz con su familia y nunca pensará en ella y porque ellas no son nadie para buscar... A fin de cuentas siempre han vivido con un estigma de ser las malas de la película. Debido a "su pecado" no se permiten sentir, ni pensar mucho en ello, ni hablarlo... Sí que fantasean sobre cómo será, a qué se dedicará, si estará casado o casada, si tendrá hijos, si tendrá estudios, igual que nosotros, ellas se crean una imagen sobre la persona a la que han perdido.

El hijo adoptado es abandonado. Sí es un abandono aunque no sea en la puerta de una iglesia. Significa que hemos perdido algo importante de nuestra vida, algo que nos hacía falta para subsistir como es una madre. Sí que estabas desprovisto de protección por eso te la otorgaron, porque tú tenías derecho a ella y te buscaron unos nuevos padres. El niño sí se siente abandonado porque lo normal habría sido que te criase la mujer que te parió y en tu caso no ha sido así. Si dos personas han estado juntas 9 meses, si ese bebé ha tenido un mundo, el único que conocía y era el calor que le daba el vientre de su madre y al salir del útero se encuentra solo y no reconoce nada del ambiente en el que antes estaba ¿cómo se siente? ¿acaso no le quedará alguna secuela de esa separación tan forzosa? Claro que sí, siente abandono, desamparo, algo que no tiene explicación y que en su historial no viene información sobre qué ocurrió para que su madre tuviera que tomar esa decisión. El niño no sabe por tanto por qué fue abandonado.

¿Abandono es una palabra mala? No, no debe serlo, para mí no lo es y no hay que tener miedo de ella. Los adoptados fuimos abandonados, sufrimos la pérdida de la familia biológica, de un origen, de una raíz, de una identidad (sobre todo cuando no hay información al respecto) por lo tanto la sensación de incertidumbre y vacío es mayor. ¿Quién tiene la culpa de esa pérdida? Pues nadie en concreto, no hay que buscar culpables pero esto no siempre se ve así, la persona que no haya reflexionado sobre todo esto, puede sentir rabia, ira... De niño la sientes y sin motivo aparente, todos la sentimos. Es por eso que hay que explicarnos que lo que sentimos es producto de percibirnos abandonados porque no entendemos por qué viene, y claro está, la rabia no debe ser enfocada hacia unos ni otros (aunque esto no es tan sencillo y requiere identificar lo que ocurre y hablarlo mucho...)

Después de todo esto un día decides emprender una búsqueda pero para acercarnos ambas partes es imprescindible comprendernos. Ir sin prejuicios, sin rencores, con los duelos resueltos. Hacerlo desde el cariño, la comprensión y la sanación de uno y de otro y no desde la ira, la precipitación y el "yo, sólo yo" porque no depende de una parte solamente sino de dos.
Buscar orígenes obedece a resolver un puzzle de tu identidad, a coger las piezas de información que te faltan e integrarlas en tu vida... Además de obtener una sanación, una especie de paz al dejar de tener que "suponer" para pasar a "saber" (y esto para las madres biológicas es igualmente aplicable)

He expuesto los dos puntos de vista y estas dos caras pertenecen a una sola moneda. Salvando este concepto que ambas partes deben saber que existe y no pedir perdón ni sentirse mal por ello, madre e hijo se parecen más de lo que se diferencian y para mí ha sido genial poder descrubrirlo.

Querida mamá biológica


Últimamente los niños adoptados de San Ramón salimos mucho en televisión y en la prensa.. Sé que es una historia que te puede hacer daño, traerte recuerdos que has intentado esconder en tu memoria porque te hizo sufrir mucho lo que viviste en ésa época, tanto si renunciaste a mí como si no. También sé que tú no tenías ni idea de las prácticas irregulares que se cometían en dicha clínica, tú no estabas en esos momentos para indagar nada ni para sospechar de nadie, no es culpa tuya. No quiero que tengas miedo de lo que oyes en televisión, no todo es tan negro ni tan blanco. Normalmente son tonos más bien grises. Yo no soy un juez inquisidor ni tampoco pretendo serlo.
Yo sé que eres una mujer fuerte porque si has podido superar aquel duro momento y continuar con tu vida, lo eres. No quiero que lo dudes. Estoy orgullosa de ti porque en cierta medida, yo soy un pedacito tuyo así que nada haría que me avergonzase de ti seas quien seas.

Necesito que sepas que te busco. No siempre lo he hecho con las mismas fuerzas porque debes saber que tú y yo nos parecemos mucho en cuanto a sentimientos. A veces el dolor que te provoca la pérdida que has sufrido (tú de un hijo y yo de la mamá que me creó, de mis raíces) hace que aparquemos las cosas en nuestra cabeza, que no pensemos en ellas porque parece que cuando piensas a menudo en algo que te duele, nunca termina. Pero indudablemente ningún hijo adoptado olvida a su madre biológica, ni ninguna mamá biológica olvida nunca que dio a luz a un hijo que no tiene con ella.

Yo soy feliz con mis padres adoptivos, son mis padres. Ellos me quieren, me han cuidado siempre y era alguien muy deseado para ellos. No son egoistas y actualmente me ayudan a encontrarte, a saber la verdad de lo que en San Ramón ocurrió porque ellos también se sienten víctimas y quieren que yo pueda acceder a conocer mis orígenes, a conocerte a ti. No pienses que te busco porque no he tenido felicidad en mi familia y busco que retomes tu papel de madre, eso no es así. Yo te busco porque deseo conocer mis orígenes, deseo mirar a tus ojos una vez, saber quién es la mujer que me dio la vida, qué cosas te gustan, en qué cosas nos parecemos…. Cuando miro hacia mi pasado sólo veo sombras producto de la falta de información, tú aportarías las piezas del puzzle de mi vida que me faltan para construir completamente mi identidad. Me harías completamente feliz si accedieras a hablar conmigo un rato.

Contemplo la opción de que tengas otros hijos y un marido, a lo mejor por miedo no has querido decirles nada de mi existencia, por miedo a ser juzgada, tú les conoces mejor que yo, no puedo aconsejarte que se lo cuentes para compartir con ellos tu carga, porque incluso yo no le he explicado a todos los que me rodean mi adopción. Por eso no temas porque no vuelvo para complicarte la vida, sino para que tú y yo cerremos un capítulo doloroso, para no tener que imaginar más, no tener que pensar en más opciones y si tú quieres, sólo si tú también estás de acuerdo, poder darnos el abrazo que nos quedó pendiente el día que nací.

Por favor no tengas miedo. Te busco por estas vías porque debido a lo ocurrido en San Ramón no puedo hacerlo de otra manera. Nos han arrebatado el derecho a si en el futuro ambas partes queríamos, poder localizarnos, poder hablar, poder ponernos cara.

Yo sé que piensas en mí, yo también pienso en ti a menudo, sé que no has olvidado que existo y me gustaría que vieras esta plataforma como la forma de poder contactar conmigo. No me importa que hayas deseado dejarme en adopción o que no fuera tu idea, independientemente de éso, yo quiero localizarte y poder charlar contigo. Hace 29 años me regalaste la vida, por favor, hazme el regalo más importante para mí, la identidad.

Un abrazo,